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Nuestros científicos
En física y en matemática nos guía la belleza
Fidel Schaposnik es doctor en física, docente en la UNLP e investigador Superior de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires. Charlamos con él sobre la producción del conocimiento y la comunicación de la ciencia.

Fidel Schaposnik ingresó al  jardín de infantes en la  escuela Anexa y, desde ese momento hasta hoy, su vida académica está vinculada a la Universidad Nacional de La Plata. Cursó el secundario en  el Nacional  y luego se graduó en  la Facultad de Ciencias Exactas, siendo distinguido en ambas instituciones con medalla de oro. Se doctoró en física, es  docente en la UNLP e investigador Superior de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires.


Gustavo Vazquez (GV):-Sos un físico teórico, ¿de qué trata tu campo disciplinar?
Fidel Schaposnik (FS).- En una primera aproximación  la física de altas energías o física de partículas trata de estudiar fenómenos subatómicos y de saber cuáles son los componentes más básicos de la materia y de la radiación. Los métodos de la física de alta energía son muy útiles también  para trabajar en problemas de materia condensada, en materiales superconductores o aisladores topológicos como se llaman ahora y también en problemas de cosmología, porque estudiando las partículas que llegan a la Tierra, la radiación cósmica que es como se llama, podemos saber un poco del origen del universo, cómo evolucionó, cómo fue el principio, si es que hubo un principio.

 

GV:- ¿Qué aportes ha hecho la física desde tu perspectiva? ¿ha servido para que estemos mejor, para que sepamos más, para que intentemos  responder esa cuestión de qué somos, qué hacemos aquí?

FS:- Para dar un ejemplo que todos conocen, Internet en realidad  fue un invento de un físico ingeniero inglés a pedido del CERN, Centro Europeo de Investigación de Altas Energías, donde se descubrió la partícula de Higgs. El  CERN necesitaba conectar unos 300 físicos que  trabajaban en distintos países, tenían que mandarles la información porque ellos hacen  el experimento en Suiza  y después cada uno se va a su laboratorio y necesitan intercambiar  los resultados que se van obteniendo día a día. Estos  análisis de computación, con números y gráficos se mandaban por teléfono y fax, entonces se le pidió a este hombre que inventara algo para simplificar esta comunicación, y aprovechando los cables submarinos por los teléfonos desarrolló lo que hoy llamamos "la web". Después  en Estados Unidos se vio la potencialidad que  tenía esta herramienta, era la época Reagan,  y el ejército desarrolló las redes por razones bélicas y se produjo la explosión que conocemos.
Ese es un ejemplo, el GPS es otro. A la  relatividad general,  Einstein le creó,  según dijo, por un problema estético que se la planteaba, no habría ninguna razón para inventarla, para  corregir la teoría de la gravitación de Newton. Pero por razones estéticas hizo lo que hoy conocemos como teoría de la relatividad. General para distinguirla de la restringida, que es la más conocida por el público. Sin aplicar las ecuaciones de la relatividad general y de la restringida el error de un GPS en el posicionamiento de un objeto en la Tierra sería de unos 300 metros.

Cristina Pauli (CP).- ¿Entonces podemos decir que muchas de las cuestiones científicas que fueron muy importantes se descubrieron por casualidad?
No por casualidad, sino porque para los físicos es aspecto estético, la belleza de las ecuaciones,  juega un rol muy importante pese a que no la sepamos definir de manera clara en tanto que belleza. Einstein se guiaba mucho por lo que él consideraba bello. Sabía   que la teoría de Newton era perfecta para entender el movimiento de los planetas y para determinar que una manzana cae al piso con una cierta aceleración. Pero Einstein comprendió que había un ingrediente más. Su idea es equivalente a considerar que en una obra de teatro el escenario también cambiara porque los actores se mueven. El escenario de la teoría de Newton era el espacio y el tiempo, él lo que pensó es que si el movimiento de los actores y lo que los actores decían hacía cambiar el escenario en donde estaban los actores de la misma manera  el espacio y el tiempo pueden cambiar porque nosotros por ejemplo  nos estamos moviendo   y esa es una idea genial que sólo una persona como Einstein puede tener.
También él fue el que descubrió el principio en física por el cual existe el láser. Partió de  una discusión que  tenía con él mismo, que no aceptaba  la teoría  cuántica, que el había contribuido a construir con su propuesta del fotón.  Para encontrar alguna falla   elaboró una teoría de emisión de luz a partir de la cual 30 años después se pudo construir  un aparato del que devino en el láser,  que hoy sirve para los lectores de  códigos de barras, para operar ojos, pero también para matar gente con cohetes teledirigidos. Y todo, en el campo de la física al menos, casi siempre surge así y  no porque un ministro de ciencia y técnica le pida a los científicos que resuelvan tal o cual problema.

CP_ Los científicos no se quedan conformes con lo que hicieron, siempre buscan más...
En física y en matemática pasa eso, pero no sé cómo es en otras disciplinas. En algunos casos es por azar, como Fleming descubrió la penicilina porque en el cultivo en que  en que estaba estudiando bacterias aparecieron ciertos hongos. Pero en física y pienso que aún más en matemática, guía la belleza. El matemático jamás se pregunta para qué va a servir lo que hace.

GV:- Tenés por lo menos un libro de divulgación que habla de la física cuántica
Surgió por una amiga periodista,  Nora Bär, que organizó una colección de la Editorial Paidós cuyos títulos son "¿Qué es...? La primera propuesta que me hizo fue la de escribir sobre  la mecánica  cuántica, pero después nos pareció más abarcador hablar de la física cuántica. Primero pensé que iba a perder demasiado tiempo, pero finalmente  lo pude escribir en dos meses, eran 200 páginas más o menos, un libro chiquito, en el que me prohibieron incluir fórmulas.

CP.-¿Y cómo te planteaste hablarle a alguien que no sabe de física?
Yo  tenía cierta experiencia porque en los 90 di clases durante 8 años   en el Colegio Nacional o el Liceo Víctor Mercante a  chicos de 15 años. Por ejemplo,  compraba tres manzanas rojas y tres manzanas verdes y hacíamos el experimento de tirar desde el segundo piso las manzanas y cronometrar para ver cuáles caían primero. Por la teoría de Newton sabemos que ni el color ni la masa ni nada va a cambiar la aceleración con que cae la manzana, pero el físico tiene que escarbar y levantar hasta la última alfombra buscando ese bicho que se puede haber escapado. Es muy fácil interesarse en eso, primero hacerse la pregunta: ¿Las manzanas verdes caen más rápido? y después para responder,  medir.

GV-¿Fue un  desafío escribir un libro de física sin  fórmulas?
No me resultó difícil, copié muchas cosas porque no voy a inventar nada. Por ejemplo nadie va a saber de memoria el número de neutrinos que emite el cuerpo humano por día, pero son unos 300 millones. El último premio Nobel de física se le dio a quienes confirmaron que los neutrinos son unas partículas que tienen masa nula, o sea que son como la luz, como los fotones no tienen masa, y nosotros los emitimos porque tenemos una sustancia radioactiva en el cuerpo. Entonces si uno cuenta eso,  la gente se interesa.

CP-¿Cómo evaluaste tu participación desde la facultad de Ciencias Exactas en el canal  universitario, produciendo una serie de micros de los que fuiste el presentador?
A mí me divirtió mucho y aprendí un montón, sobre todo pensando que el desafío siempre es el mismo, cómo mostrar de forma atractiva algunas cuestiones que lindan con lo abstracto, porque si uno piensa en términos de la física teórica, de la mecánica cuántica o de la belleza de las matemáticas, es todo un desafío intelectual poder decodificar eso que para los científicos  es tan común y trasladarlo, decodificarlo para aquel que en su rutina sintoniza un canal universitario.
Los animales superiores, como por ejemplo el mono o nosotros, tenemos algo que se llama curiosidad y es cuestión de despertarla, nada más.

 

Actualizado el 06/02/2016
 
 
 
 
 
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