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Articulo publicado por el Diario El dia, 29 de mayo de 2016
Con las drogas de diseño siempre vamos atrás
Leda Giannuzzi traza una preocupante radiografía de la situación y sostiene que la prevención es el arma más poderosa ante el desarrollo que tienen estas drogas.
Leda Gianuzzi dando la charla

"De cara a la comunidad, y especialmente a los jóvenes, hoy el objetivo número uno es hacer prevención, porque a nivel científico y legal, lamentablemente siempre corremos desde atrás. No sólo aquí. Es el gran problema mundial del campo de la toxicología".
Leda Giannuzzi, profesora de la Cátedra de Toxicología de la Facultad de Ciencias Exactasde La Plata e investigadora principal del Conicet, describe así el descomunal desarrollo que experimentó la industria de las drogas de diseño. Y añade: "Además es impresionante la cantidad de nuevas síntesis químicas que se desarrollan día a día".

En ese contexto, Giannuzzi y el docente de Toxicología Avanzada y Química ForenseLuis Ferrari, quienes desde hace tiempo trabajan juntos sobre la problemática, comenzaron a brindar una serie de charlas en la Universidad que piensan extender a las escuelas.

Antes de entrar en el terreno de las enormes dificultades que presenta este flagelo a la hora de combatirlo, los profesionales apuntan que los jóvenes son su mayor preocupación por dos motivos centrales: constituyen el público al que se dirigen los productores y distribuidores de drogas de diseño -sobre todo si acuden a fiestas electrónicas, hoy cada vez más expandidas- y son "población en riesgo de por vida".

Lo explican: "Las drogas de diseño pueden dejar secuelas a nivel renal, hepático, cardíaco, psíquico, pero también neurológico, siendo más dramáticos los efectos de su consumo en la adolescencia dado que el sistema nervioso termina de desarrollarse entre los 20 y los 25 años".

Así las cosas, el riesgo en los más jóvenes aumenta exponencialmente pues pone en jaque el normal desarrollo del sistema neurológico, uno de los más importantes del organismo, con múltiples funciones que se basan en recibir y procesar la información proveniente del entorno así como del interior del cuerpo, con el fin de regular el funcionamiento de los demás órganos y sistemas.

"Como docentes tenemos un rol indelegable: informar a los jóvenes y a la comunidad en general a qué se exponen. Luego, cada uno elegirá libremente, pero contando con la información disponible de los daños derivados de su consumo", subrayan ambos investigadores.

Y a propósito de la información, apelan a un ejemplo de drogas tradicionales para graficar los mitos -hablan de "información incorrecta" que se propaga por los medios"- que terminan instalándose como verdades. "Se dice que la marihuana es menos dañina que la nicotina y menos adictiva. Tonterías absolutas. Es mucho más adictiva, y los últimos estudios de revistas internacionales serias revelan una asociación epidemiológica entre el consumo de marihuana en edades tempranas y la esquizofrenia en la edad adulta", ejemplifican.

Volviendo a las drogas de diseño, explican que "esa industria nos avasalló de un modo tal que en los congresos anuales de toxicología es el tema por excelencia, es ‘la' problemática internacional en la materia".

"El problema mayor -continúan- es que no son drogas ilegales en los inicios de su introducción al mercado, dado que no se encuentran en las listas de sustancias prohibidas por la ONU debido a que son nuevas y aún desconocidas. Una vez incluidas en los listados de sustancias prohibidas, comienzan a ser sustituidas por otros grupos químicos o por modificaciones de aquellas sustancias proscritas. Es un ciclo que parece interminable. A marzo de 2016 son 602 las NPS (nuevas sustancias psicoactivas, en sus siglas en inglés)", resaltan.

"Es que una droga de diseño es una versión de una sustancia controlada que se produce con una estructura molecular alterada para evitar que las autoridades gubernamentales la consideren ilícita. Es realmente muy preocupante la cantidad de nuevas sustancias de diseño que se sintetizan día a día", enfatiza Ferrari, asesor científico forense de la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal, dependiente de la Procuraduría General de la Nación.

"El Sedronar -ejemplifican los especialistas- amplió el listado de sustancias prohibidas el año pasado, pero ya se sintetizaron y volcaron al mercado de consumidores nuevas drogas que no se conocen. Lo que sucedió en Time Warp es una muestra", dicen y apuntan otro elemento crucial: "Si se incautan antes de ser distribuidas, se requiere de complejos y costosos equipos para determinar su composición. Y cuando se llega a clasificar a una droga como ilegal, le cambian un solo componente o una parte de su estructura y el ciclo empieza de nuevo".

De ahí el énfasis que ha puesto el equipo de Exactas en hacer prevención en facultades y colegios. Hoy es "la única manera", subrayan. Más allá, claro está, de seguir día a día trabajando en el tema e intercambiando información con colegas de todo el mundo.

DESECHOS

Nuevas drogas de diseño surgen de síntesis químicas a partir de los resabios de la industria farmacéutica, del descarte de algunos psicofármacos por sus efectos colaterales y dañinos. "Estas drogas no son nuevas en el contexto del tiempo, sino en el del uso indebido que se efectúa hoy", comenta Ferrari.

Cuando se detecta que un medicamento tiene efectos no deseados, se desecha. Pero es materia prima para la industria ilegal.

Giannuzzi puntualiza que "aquí, al contrario de lo que se ha llegado a decir, no existen laboratorios complejos, muchas veces necesarios, donde se realizan síntesis químicas; al menos es lo que se sabe hasta ahora. En general, aquí se recibe la droga y se arman las pastillas. Esto sí se hace en cualquier lado, sólo se requiere de una compresora y de algún colorante que se utiliza para darle forma al preparado final".

La producción de síntesis químicas necesita de laboratorios complejos. Las drogas vienen fundamentalmente de China, Paquistán y la India. De allí van a Europa o a Estados Unidos y llegan luego a nuestro país, siendo todo ese proceso un "combo súper explosivo".

"Debería evaluarse, primero, el efecto psicoactivo que tiene la pastilla. Segundo, la toxicidad que puede contener a causa de que, desde ya, no son procesos de desarrollo controlados ni mucho menos. Tercero, la mezcla. ¿Qué componentes tiene? Imposible saberlo de antemano, y así, los efectos son impredecibles", realzan los docentes.

Luego, ante un caso fatal, el forense emprende una búsqueda a tientas. "¿Qué busca? ¿En qué forma está presente? ¿Dónde? Son los retos que presenta a diario la búsqueda de nuevas drogas sintéticas con componentes desconocidos en los laboratorios químicos y forenses de todo el mundo", dicen.

Por caso, la mezcla de MDMA (metilendioxi-metanfetamina) con PMMA (parametoximetanfetamina) dio como resultado el llamado Súperman, que aparentemente produjo las muertes en la fiesta de Costa Salguero. "Algunos las toleraron, otros no, aunque si siguen consumiendo tendrán efectos adversos y graves con el tiempo", reiteran.

Mezclas desconocidas, efectos impredecibles, origen incierto. "Debemos preguntarnos y respondernos qué frustración, qué vacío existencial tienen tantos chicos para aceptar exponerse a una situación así. Esto, para algunos debe significar alguna forma o intento de dominación de la juventud", rematan los expertos.

 

Actualizado el 30/05/2016
 
 
 
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