En la actualidad, es un hecho innegable que las tecnologías han modificado nuestra forma de enseñar, porque también han cambiado la forma en la que el ser humano se enfrenta al mundo. Hoy queremos hablarte de una de las herramientas que mejor se ha incorporado a las aulas de los centros educativos: la calculadora. ¿Conoces todas sus ventajas?
Nadie duda de que los estudiantes deben desarrollar sus habilidades de cálculo de forma independiente a ninguna máquina o tecnología. La calculadora no debe sustituir de ningún modo el proceso natural de razonamiento del alumno, sino que debe utilizarse de la forma adecuada para que se convierta en el compañero ideal en las clases de matemáticas.
Las calculadoras son herramientas cada vez más imprescindibles, aparatos simples y eficaces con los que se pueden resolver las operaciones más complejas. ¿Pero son realmente tantas las ventajas que pueden aportar a la enseñanza? Nosotros te traemos hasta 7 razones que lo confirman:
1. Ahorra tiempo: Cuando el objetivo es desarrollar capacidades generales de razonamiento matemático o la investigación de pautas numéricas, la calculadora es necesaria para evitar gastar los minutos resolviendo largas y tediosas operaciones. ¡Investigar es también una parte vital del conocimiento que a veces dejamos de lado por falta de tiempo!
2. Es necesario aprender su uso: Tanto en secundaria como en Bachillerato, o incluso en la Universidad, la calculadora se convierte en un bien necesario inevitablemente; por lo que los estudiantes la usarán cada vez con más frecuencia. Y ya que se trata de un instrumento cotidiano, ¿quién mejor que los docentes para enseñarles a manejarlas correctamente?
3. Son neutrales ante los fallos: Los errores no son percibidos por el estudiante como una reprobación o crítica, ya que es él mismo el que corrige sus ejercicios. Una genial manera para potenciar la capacidad de autocrítica y de gestión de los problemas.
4. Contribuyen a motivar al alumnado: Los cálculos reiterativos reducen considerablemente el interés por las matemáticas. Los estudiantes tienden a aburrirse cuando las clases se basan en resolver monótonamente hojas y hojas plagadas de ejercicios. ¿Y si hacemos alguna actividad diferente con la calculadora como protagonista?
5. Fomentan el espíritu crítico: Cuando se prohíbe o se reduce el uso de las calculadoras, éstas se convierten en herramientas anheladas y admiradas por los alumnos, que acabarán por considerarlas la mejor forma de resolver un cálculo. Sin embargo, su uso cotidiano puede hacer que los estudiantes duden y se posicionen de forma crítica ante ellas. ‘¿Habré tecleado bien las cifras?’, pensarán.
6. Ayudan a detectar posibles errores: La posibilidad de verificar los cálculos rápidamente posibilita a los estudiantes pedir ayuda inmediata a las respuestas erróneas y a detectar posibles equivocaciones.
7. Permiten sacar el lado más divertido de las matemáticas: Además de aprovechar la inmensa capacidad de atracción que tienen en los más jóvenes las pantallas y las nuevas tecnologías, también podemos utilizar las calculadoras para hacer algo más original en nuestras clases. ¡Echa un vistazo a estos juegos pensados específicamente para esta herramienta!
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