Si bien desde hace tiempo se conoce la relación entre el consumo de ácidos grasos omega-6, presentes en muchos alimentos, y la disminución de la hipertensión, científicos de nuestra ciudad profundizan el estudio en la temática a partir de un descubrimiento propio: el mecanismo concreto con el que actúa uno de ellos para participar del proceso de control de la presión arterial. La línea de investigación pertenece a un grupo del Instituto de Estudios Inmunológicos y Fisiopatológicos (IIFP, CONICET-UNLP).