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Artículo publicado por el portal "Va con firma" de Neuquén, 16 de enero de 2017
Científicos que trabajan para detectar enfermedades congénitas
En tiempos en que el gobierno nacional desprecia a la investigación en ciencias financiada por el Estado, proponemos un “botón de muestra”: estudios para prevenir, en recién nacidos, patologías que no tienen síntomas. Es una nota de la revista “Materia pendiente”

CUANDO UNA GOTA PUEDE SALVAR UNA VIDA

El Dr. Gustavo Juan Carlos Borrajo recibió el premio Guthrie Awanrd 2015, otorgado por la sociedad internacional de Screening Neonatal, por sus trabajos en detección de enfermedades congénitas. Recorremos su trayectoria y la importancia de este trabajo que desde hace 20 años salva vidas de niños y niñas.

La pesquisa neonatal de enfermedades congénitas busca detectar patologías congénitas en recién nacidos, es decir enfermedades que el niño o la niña poseen desde el momento del nacimiento pero que no tienen síntomas visibles y cuando se manifiestan pueden tener consecuencias gravísimas. En algunos casos le produce alteraciones neurológicas severas conduciendo a retraso mental, en otros casos produce una afectación multisistémica de distintos tejidos y órganos que pueden conducir a la muerte del recién nacido durante los primeros días de vida, o eventualmente alguna discapacidad de por vida.

Como son enfermedades inaparentes, el o la pediatra que atiende al recién nacido no tienen signos para poder establecer el diagnóstico, por eso se recurre a una medición de sangre que detecta marcadores bioquímicos que están alterados en la sangre del bebé. "Al recién nacido se le hace un pinchazo en el talón dentro de las primeras 24 horas de vida, se toman unas cuatro o cinco gotas de sangre en un papel especial, es un papel de filtro, absorbente y de uso diagnóstico donde se deja que esa sangre se seque y posteriormente esa muestra se remite a nuestro laboratorio. Con un sacabocado especial tomamos unos discos de esa sangre, donde hacemos una extracción de los marcadores bioquímicos de interés, y hacemos la determinación" explica Gustavo Borrajo.

Cuando el resultado analítico se encuentra por fuera del rango normal se lo considera potencialmente afectado, y se deriva a un centro de atención especializada para que le hagan pruebas confirmatorias específicas de modo de confirmar o descartar el diagnóstico. Cuando el diagnóstico se confirma, a ese chico o chica se lo pone bajo tratamiento inmediatamente, antes de que se instalen los síntomas, porque una vez que aparecen las manifestaciones clínicas, estas son irreversibles.

Este estudio se hace de rutina en la mayor parte de las maternidades de las clínicas, maternidades porque está legislado desde 1986, cuando se estableció la obligatoriedad para la pesquisa de la Fenilcetonuria y el Hipotiroidismo Congénito, dos enfermedades que producen daño severo irreversible; fundamentalmente retraso mental y daño neuroló- gico. En diciembre del año 2008 se sancionó la ley provincial 13-905 (N. de la R.: en provincia de Buenos Aires) que amplía la lista a siete patologías en total, sumando la Fibrosis Quística, la Galactosemia, la Hiperplasia Suprarrenal Congénita, la Deficiencia de Biotinidasa y la Enfermedad de Orina de Jarabe de Arce.

En la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata, desde el año 1995 funciona el Prodytec (Programa de Diagnóstico y Tratamiento de Enfermedades Congénitas), que dirige Gustavo Borrajo, y que se ejecuta conjuntamente entre el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires y la Fundación de Bioquímica Argentina. Además de contar con el laboratorio donde se hacen las pruebas específicas, el programa propone un abordaje interdisciplinario como clave del sistema.

"Los bioquímicos jugamos un rol importante -dice el titular del Prodytec- pero se necesitan médicos especializados en enfermedades endocrinológicas, médicos neumonólogos, médicos especializados en el manejo de enfermedades neurometabólicas, nutricionistas por el tipo de tratamiento que se ejecuta en algunas de estas patologías, asistentes sociales, psicólogos y todo el personal que va a estar involucrado en lo que es la recolección de muestras. Este sistema tiene la particularidad que se maneja en forma centralizada, es decir que en todos los hospitales públicos de la provincia y de los municipios se debe llevar a cabo la recolección de muestras.

Borrajo agrega que "esas muestras de sangre son transportadas a La Plata, a nuestro laboratorio en la Fundación Bioquímica Argentina, donde hacemos las pruebas de pesquisa. Cuando encontramos algún chico potencialmente afectado, las pruebas confirmatorias también se manejan de forma centralizada, y aquí el que interviene es el Hospital de Niños de La Plata donde está todo este equipo médico especializado que es el que se encarga de hacer la confirmación y en caso que corresponda el tratamiento y el seguimiento de estos chicos".

Una mirada sobre los resultados

Consultado acerca de los resultados de estos trabajos, el científico reconoce que "de las siete enfermedades que pesquisamos estamos detectando aproximadamente 1 caso cada 2200 chicos. Si lo analizamos específicamente patología por patología, la más importante por la frecuencia que tiene es el hipotiroidismo congé- nito, la cual estamos detectando un caso por cada 2100-2200 chicos. Es una patología con una frecuencia importante; estamos hablando, dentro de la población que nosotros estudiamos anualmente 100 chicos detectados por año, o sea 100 chicos que son candidatos a tener un retraso mental severo, a los que a través de esta detección y el tratamiento oportuno le permitimos que desarrollen intelectualmente normales. Hay otras patologías que son un poco menos frecuentes, por ejemplo la fenilcetonuria tiene una incidencia en las formas severas, la más importante clínicamente del orden de 1 en 27 mil nacidos vivos aproximadamente.

En otras, como la fibrosis quística, estamos en 1 en 8 mil nacidos vivos; la hiperplasia suprarrenal congénita aproximadamente uno en 1 en 13 mil; las galactosemias 1 en 70 mil; la deficiencia de biotinidasa es una enfermedad que nosotros esperábamos encontrar mayor cantidad de casos de los que encontramos, estamos en 1 en 130 mil para las formas severas, que son las que nos interesa detectar. Y la última patología que incorporamos que es la enfermedad de orina jarabe de arce tiene una incidencia mucho más baja, estamos en el orden de 1 en 180 mil"

 

Actualizado el 16/01/2017
 
 
 
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