En el año 1930, Carlos Sagastume, alumno en ese entonces y posteriormente un destacado profesor, describía, en oportunidad de colocarse la piedra fundamental del nuevo edificio de la Facultad de Química y Farmacia, algunas de las características de la experiencia vivida en los primeros años de nuestra Facultad:
"A veces tocábanos, contínuando nuestra labor, aguardar la suficiente presión del gas en horas nocturnas para efectuar operaciones de fusión de minerales y copelación de metales y el cuadro se tornaba entonces netamente alquimista: oculto en la espesura de un silencioso bosque, un monasterio de forma circular en cuyos sótanos varios monjes con luengos hábitos blancos y para mejor remedo, hasta los había con barba, se agrupaban para observar con avidez, sus rostros iluminados por los destellos de un horno fulgurante en el que una irisada gota de oro o platino, simbolizaba el triunfo del genio humano sobre la naturaleza."
Para conocer más sobre la rica historia de nuestra Facultad los invitamos a conocer la sección historia de la página del Departamento de Ciencias Biológicas redactada y permanentemente actualizada por Aldo H. Campana.