Inicio Contacto Mapa del sitio RSS
 
 
 
|
Comunicar la ciencia
"No hay que tener miedo a poner la ciencia en tensión"
El Dr. Antonio Mangione, docente e investigador y comunicador científico de la Universidad Nacional de San Luis plantea su mirada de los modelos de comunicación y realiza un análisis del desafío de la época.

Gustavo Vázquez (GV):- A la hora de hablar de la comunicación de la ciencia se cae en algunos prejuicios, en una especie de dicotomía entre  las ciencias duras versus las ciencias blandas,¿qué hay de cierto en esto?
Antonio Mangione (AM):- En principio habría que decir que se comete un error y además una injusticia al hablar de ciencias duras y ciencias blandas. Esto tiene que ver en alguna medida con asignar dureza a disciplinas que siguen metodologías que tienen, por supuesto, cierta rigidez en los procedimientos,  producto de una mirada un poco antigua y desactualizada de lo que fue el positivismo.
Se le asignó a esas ciertas disciplinas cierto carácter de objetividad y de neutralidad, entonces aquello que era materia de opinión podía ser considerado blando y aquello que no admitía la opinión era duro. Esto está lejos de ser cierto, no porque no haya aspectos en el trabajo científico que sean opinables o no. Es porque en realidad lo que se hace cuando se realiza investigación parte de constructos, opiniones, abstracciones, hipótesis previas, leyes; pero todas son objetivadas.

En el  neopositivismo, cuando Bunge dice es objetivable, no está diciendo que es objetiva, está diciendo que hay que circunscribir el objeto a condiciones de de entorno y de acceso para poder estudiarlo. Eso no lo hace ni más duro ni menos duro, ni más duro ni más blanda la disciplina. Son formas de aproximarse. Hay formas empíricas de aproximarse, hay formas descriptivas de aproximarse a conocer los hechos, es decir métodos más heurísticos, descriptivos, explicativos que a veces no tienen todos los mecanismos probados o con cierta plausibilidad de que sean probables o que estén ahí, sino que son manifestados como hipótesis de trabajo. Pero eso no las hace más duras o más blandas a las ciencias.

Cristina Pauli (CP)-  Es cierto, pero estamos un poco presos de eso y por ahí es porque hay ciertas metodologías de algún tipo de ciencia que se replican en todas las otras. Si pensamos por ejemplo las formas de evaluación del sistema científico tienen mucho que ver con esos protocolos o esas formas que tienen más que ver con algunas metodologías de las ciencias exactas.

(AM)-De hecho durante mucho tiempo hay críticas de parte de gente, que ha investigado y que trabaja en ciencias sociales y humanas, en donde culpa a sus colegas de haberse rendido ante los sistemas de evaluación y ante los criterios y metodologías de otras ciencias. Este no es un tema sólo entre ciencias sociales y humanas, y ciencias exactas y naturales, y ciencias de la salud.

Hacia el interior de las disciplinas de los grandes campos de conocimiento también hay discusiones. Y esto tiene que ver con un entramado inclusive de poder. Me lleva al tema, probablemente que desencadenó que ustedes me convocaran, disciplinas o campos disciplinares con más prensa; con más poder de influencia, con mayor influencia y a la vez con mayor poder e incidencia en la toma de decisiones.

(GV) Con mayor presupuesto, también, si se quiere...

(AM) Por supuesto. Y con mayor  presupuesto. Por ejemplo, es llamativo, un aspecto muy interesante; es que las ciencias sociales y humanas en general al mismo tiempo están cuestionando el mismo quehacer científico de esas ciencias sociales y humanas. No siempre lo hace, pero es parte de su pertinencia. Es decir, cuando se trabaja y se estudia en leyes se está poniendo en cuestión no sólo qué se hace, cómo se aborda, sino también su metodología.

Esto también sucede en otros campos disciplinares como por ejemplo en las ciencias naturales y exactas. Pero el grado de compromiso y la atención que genera hacia el interior del campo disciplinar no suele ser tan dramática. Por ejemplo uno podría decir a quién afecta o en qué extensión afecta un sistema de medición de presencia de un compuesto secundario de plantas si se hace de una manera o de otra.

Evidentemente uno podría empezar diciendo que, en principio, a los investigadores que lo están haciendo, posteriormente al grupo, luego al conjunto disciplinar que trabaja en el tema y después podría tener graves consecuencias si esos conocimientos además son aplicados.

Ahora pensemos inmediatamente a la hora de evaluar inclusión, pobreza, marginalidad. Yo no veo nada de blando en ese tipo de investigación. Hay un cuestionamiento, es imperioso hacer un ejercicio de cuestionamiento permanente. Las ciencias sociales, las ciencias humanas, hacen eso permanentemente. Y eso nos lleva a pensar que no es casual entonces que durante la historia de los países, sobre todo lo países que han alcanzado cierto grado de desarrollo, industrialización y crecimiento, cada vez que se ha querido reducir de alguna manera la emergencia de elementos que permitan pensarse, repensarse y cuestionarse, se empieza cortando en las ciencias sociales. Un clásico es Estados Unidos, y Argentina también lo fue. El fenómeno de extensión que la doctrina capitalista y neoliberal a comienzo de los `80, incluye además el recorte de presupuesto a las ciencias sociales. Este es un hecho histórico ineludible. Y cada vez que los republicanos empiezan a alzar la voz en Estados Unidos lo primero que dicen es que hay que recortar los fondos de las ciencias sociales y humanas. Y además son explícitos, "no sirve para nada", dicen.

(GV) Aquí, doctor, también hablando de cuestiones explícitas, hay una frase que quedó un poco retumbando todavía en el oído de todos que es aquella famosa que decía "vayan a lavar los platos". Entonces también se corresponde con una mirada desde lo ideológico, desde lo político, pero por suerte corren otros tiempos. Y apropósito también lo queríamos aprovechar  para hablar de otra temática que está vinculada con esta. Hasta qué punto es necesario comunicar esa ciencia, y cómo se hace, cómo se llega o cómo se aborda esa gran producción científica que hacen nuestro colegas, nuestro docentes investigadores de las universidades nacionales del país; y hasta qué punto es necesario que el gran público conozca de manera simple y práctica, y cómo puede realizar una especie de aplicabilidad de eso que se está investigando en las universidades.

 (AM) Tu pregunta debe resumir por lo menos tres o cuatro cursos vinculado a la temática. En principio a mí me gustaría decir que las teorías, son varios los modelos de comunicación pública de la ciencia, atraviesan distintas formas de pensarse y de pensar la comunicación.

En primer lugar hablar de comunicar la ciencia nos marca primero lo siguiente: alguien tiene que comunicarle al otro, y ahí evidentemente hay una asimetría. Probablemente uno pueda reconocer rápidamente que alguien que sabe de un tema, un poco más específicamente de ese tema, tenga la necesidad, la voluntad, las ganas o se sienta con la obligación de comunicarle a otro que sabe necesariamente menos o casualmente menos.

¿Ahora qué ocurre? El modelo que ha marcado la comunicación de la ciencia y que convive hoy con otros modelos en la actualidad es el modelo de déficit. Alguien sabe mucho y el resto no sabe nada, es un hueco, algo vacío, un balde que hay que llenar con conocimientos. Acá hay un primer error y es que probablemente hay una diferencia de conocimientos, por ejemplo debe haber muchísima gente que está escuchando este programa que sabe menos que yo de física cuántica y hay otro tanto que debe saber más que yo de física cuántica. Eso no necesariamente tiene que hacer que el que sabe menos tenga que escucharme a mí hablar de física cuántica, y yo necesariamente quiero ni escuchar  hablar de física cuántica. Porque esto concibe a todos los individuos, a los ciudadanos como sujetos de aprender simplemente porque aprender es un mandato.

Y hay gente que empieza el conocimiento de distintas maneras y distintos tipos de conocimientos.

Hay una hermosa categorización que hacen algunos autores y que lo rescata muy bien Ana María Vara en un artículo, en donde define algo así como cinco categorías de desinterés por la ciencia y tres categorías de interés por la ciencia.

 Uno podría hablar de una categoría de interés: por ejemplo yo soy un empleado de fábrica y acerca de cuestiones científicas sólo me interesa saber algunas cuestiones vinculadas a mi seguridad personal y mi familia, dado que trabajo con radionucleidos, con sustancias tóxicas. Y no necesito saber más nada que eso. Por qué tendría alguien estar diciéndome todo el tiempo cómo funcionan las cosas, cómo funciona el candado, qué hay dentro de una molécula. Esa es una decisión que se ha tomado dado a algunas concepciones políticas, ideológicas e inclusive por inercia.

¿Qué me parece que tiene que haber en la comunicación si se quiere de la ciencia? Tender a cierta horizontalidad y respeto. Probablemente no sea todo comunicable, y a la vez habría que ver qué espacios de demanda hay. Nosotros estamos pensando la comunicación de la ciencia en términos de una lógica de medios.

El otro tema que habría que responder o analizar es quiénes son los expertos. ¿Yo soy el experto? Hago una crítica al programa que yo tenía de radio. ¿Quiénes son los expertos? ¿Sólo los profesores universitarios que tienen proyectos de investigación en alguna universidad? ¿O puede ser algún dueño de un tambo perdido por ahí en alguna parte de la sierra que ordeña cabra para hacer queso de cabra? ¿Ese también es un experto? ¿Cómo podemos reconocerlo como experto?

 Cuando comunicamos ciencia: ¿comunicamos ciencia en un contexto de ciencia con método científico avalado por pares, o hay distintos conocimientos que se tocan con la ciencia, que contraponen con la ciencia, que culturizan a la ciencia? Este es un tema que no está saldado, este es un tema al que no hay que tener miedo, pero este es un tema que hay que pensarlo. Está lleno de buenas intenciones, pero no necesariamente se hace una iniciativa que conduzcan al conocimiento público sobre la ciencia.

¿Qué mecanismos, políticas y formas podríamos establecer y pensar para que el conocimiento sea público, y no necesariamente que una de las herramientas sea la comunicación? Otro podría ser lo vivencial. Como la forma de que alguien tiene que conocer lo que se hace en las universidades. Una forma de que lo que se hace en las universidades se conozca podría ser que en los proyectos de investigación participen legos,  mal llamados legos. Para entrar en un proyecto de investigación hay que tener antecedentes universitarios y hay que hacer una carrera, y estoy arriesgando mecanismos muy atrevidos, pero sino parece que todo queda en que si hay programas de radio o programas de televisión, o películas o documentales que nos dicen cómo funcionan las ciencias y los científicos.

Es un gran desafío. No hay que cerrarlo, no está agotado ni en la teoría, es un campo teórico en construcción. La ciencia es además comunicada como si fuera inmaculada, no tiene errores; los investigadores son inmaculados, no tienen intereses, sólo se deben a sus investigaciones. No estoy siendo irónico, estoy tratando de retratar estos esteriotipos. Algunas son encumbradas personas que están al servicio de la sociedad, y la ciencia es una cuestión absolutamente compleja, hay una lucha por el poder dentro de los ámbitos académicos y esto no está en la comunicación de la ciencia.

La pregunta siempre es, al menos la que yo me hago, en cómo funciona un candado o cómo se fabrica, a quien le interesa por qué se fabrican candados, de dónde se saca el material y cuánto gana el operario que lo hace. Estas son discusiones, temas que no son generalmente comunicados. Y eso me parece que tiene que ver también con el hecho de que el periodismo científico, los comunicadores y comunicadoras de ciencia no están empapados todavía, pero estamos aprendiendo, en las problemáticas, esa filosofía y epistemología que nos enseñan en la universidad a veces se cae al precipicio cuando podría caer y derramar en estas preguntas. Y a mí me parece un desafío y hay que llevarlo adelante.

 (GV) También es un desafío plantearnos la posibilidad de la necesidad de comunicar lo que se hace.

(AM) Sin ninguna duda. Hay algunos estudios por ejemplo que dicen que aquellos investigadores que tienen presencia en los medios, y además por ahí divulgan sus propias actividades y sus propios hallazgos, tienen más citas en sus trabajos científicos. Así que imagínense hasta el beneficio que trae para los investigadores.

 (CP) Claro, pero también tendríamos que revisar los sistemas de evaluación de los investigadores, porque si después usted quiere poner en el SIGEVA que hizo divulgación científica no encuentra una ventanita donde ponerlo.

 (AM) Bueno, los tenemos en CONICET. El tema es qué puntaje se le está asignando y qué valor se le asigna, y si es equivalente a qué otro antecedente. A mi me parece interesante esto que decís, porque a mí me parece por ejemplo CONICET pasó de no incorporarlo a incorporarlo, y además de no sólo a incorporarlo sino de reconocer la diversidad. Y eso es un gran paso que se ha dado en estos últimos años.

CONICET ha empezado, el sistema de ciencia y técnica en realidad, a través del Ministerio después, empieza a reconocer la diversidad de intereses, la diversidad de ámbitos y de espacios. Y a mí me parece que eso es un gran paso para empezar a reconocer la diversidad.

Un dato que quería decir de lo anterior, y esto con la deuda con las ciencias sociales: la mayoría de los estudiantes del grado, la mayoría de los estudiantes del posgrado, la mayoría de los egresados de los posgrados pertenecen a las ciencias sociales, humanas y educación, en la Argentina y en casi toda Latinoamérica. Quiere decir que se producen en general más cantidad de tesis doctorales en ciencias sociales, humanas y en educación que en ciencias exactas y naturales. Sin embargo en los medios priman los segundos y no los primeros.

 (CP) Casi por una cuestión de inercia por lo que fueron anteriormente las ciencias exactas.

 (AM) Exactamente. Lo cual habla del potencial y de las deudas propias de cada campo disciplinario. Y en términos de políticas de ciencia y tecnología de empezar a reconocer ciertos trabajos, ya sean en ambos campos disciplinarios, en estos grandes campos disciplinarios que he hablado yo, empezar a reconocer alternativas al paper. También es cierto que esas tesis doctorales no todas llegan al paper en el formato que salen las ciencias exactas y naturales. Pero eso no quiere decir que sean menos valiosas como conocimiento.

 (GV) Convengamos que esto que usted muy bien está describiendo tiene que ver, y es necesario plantearlo, con el crecimiento de nuestras universidades. Hay creación de nuevas casas de estudios y en consecuencia hay muchos más investigadores, muchos jóvenes y muchos trabajos que no se conocen y que no se difunden, no se divulgan, no se comunican. Entonces creo que nos debemos este gran planteo.

 (AM) Argentina está viviendo un momento en términos de ciencia y tecnología, diría que único. Yo no voy a hablar de los indicadores porque para mí son más que obvios, no quiero con esto ser soberbio y subestimar a quienes estén escuchando, los invito a que recorran cualquier portal Ministerio, e inclusive poner en duda los números que están ahí si quieren con el porcentaje que quieran. "Informarse cansa", dice Ramonet, pero si quieren hacer más esfuerzos pueden chequearlos con años anteriores y otros informes que por ahí se hacen desde otro lado y no lo dan tan beneficiosa.

Pero más allá de los indicadores, por ejemplo las ciencias sociales han ganado espacio en presupuesto, en becarios, en investigadores en Argentina durante los últimos diez años es indiscutible. Lo que hay es un estado de discusión, apertura y tensión que nunca se había visto. Yo tengo 47 años, nunca había visto este estado de tensión, de discusión, de poner en jaque a la misma estructura, desmenuzarla, verla, analizarla, exponerla y exponerse. Nuestra labor como científicos, nuestra labor como docente tiene que ver con eso, con exponerse y poner en riesgo. A mí me parece que Argentina está haciendo precisamente eso en casi todos los espacios donde vemos de acción política exposición, riesgo y tensión. No hay que tenerle miedo a la tensión, y en ciencia y tecnología se ha producido una tensión, entre una estructura arcaica, vetusta, todavía coexiste con una mirada más amplia, diversa, sensible. CONICET pasó de no tener nada vinculado a la divulgación a reconocer todas las diversidades, sobre todo las expresiones artísticas. Hay espacios para que uno ponga si hace cuestiones artísticas aun cuando sea un artista declarado, reconocido. A mí me entusiasma muchísimo, hay mucho trabajo para hacer, está todo sobre la mesa, hay ley de repositorios, de información pública. Es muy prometedor, espero sepamos valorarlo, no para decir "uy, que bueno", es "uy que cantidad de cosas tenemos para pensar, para mejorar y para poner en discusión, sobre todo para poner en tensión."

Entrevista realizada en el programa Radial Argentina Investiga, que se emite por AM 1390, Radio Universidad Nacional de La Plata



 

Actualizado el 28/04/2015
 
 
 
 
 
Logo de la Universidad Nacional de La Plata con la leyenda "Universidad pública y gratuita".