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Nóbel de química
INIFTA: Tras los pasos de Goodenough
Desarrollan líneas de investigación sobre baterías de litio, que permiten almacenar energía solar y eólica
Dr Arnaldo Visintin

En estos días otorgaron el Premio Nobel de Química a John B. Goodenough, M. Stanley Whittingham y Akira Yoshino por sus investigaciones que permitieron el desarrollo   de baterías de iones de litio que han generado una revolución en la vida cotidiana, siendo utilizadas para numerosas aplicaciones, desde celulares y computadoras hasta  vehículos eléctricos. A través de su trabajo, "los laureados de este año han sentado las bases de una sociedad inalámbrica y libre de combustibles fósiles" fundamenta la academia.

La Facultad de Ciencias Exactas, particularmente en el Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas (INIFTA), trabaja desde 2011 en líneas de investigación sobre el litio. Arnaldo Visintin, investigador del Instituto, explica que el premio otorgado al científico alemán-norteamericano John Goodenough es por  el descubrimiento que realiza en 1991, en la Universidad de Texas, logrando  un compuesto de óxido de cobalto y níquel que tiene la propiedad de  intercalar el  litio y que sienta la base  para la fabricación de las baterías de lito.

"En el INIFTA replicamos un compuesto como el que descubrió el reciente premio Nobel, de fosfato de hierro y litio, que tiene muy buena capacidad de retención de litio" -explica Visintin- En 2011 La UNLP  nos dio un subsidio pequeño, de  solo 60 mil pesos, para desarrollar estos compuestos, lo que hicimos en muy poco tiempo, y además llegamos a fabricar  pequeñas baterías. También, con celdas compradas en Asia, un equipo de trabajo dirigido por el Ingeniero Guillermo Garaventta logró desarrollar una moto eléctrica, quedando en evidencia el potencial que tienen nuestros Institutos para llevar adelante este tipo de investigaciones estratégicas.

Por su parte Martina Gamba, investigadora en el CETMIT y el INIFTA, explica que "las baterías de ion litio actualmente nos permiten almacenar aquella energía que se genera por ejemplo por acción solar o por fuentes eólicas, para ser utilizadas cuando no hay sol o no hay viento. Los acumuladores de energía son a base de litio, que tiene la particularidad de ser un metal super liviano con el mayor potencial de oxidación en química, lo que lo hace más eficiente. Muchos protocolos indican a nivel mundial la necesidad de ir reemplazando combustibles fósiles por fuentes de energías renovables, por el calentamiento global y por el agotamiento de combustibles fósiles, y en este contexto el desarrollo de las baterías de ion litio cobran especial relevancia".

Litio en Sudamérica

En nuestra región el triángulo de litio está conformado por Chile, Bolivia y Argentina, que reúnen más del 65 por ciento de las reservas de litio en salmueras.

Cada país tiene su propia estrategia respecto al litio, Chile empieza a extraerlo en los años 80, en Argentina en los años 90 y Bolivia es el último país que se incorpora, de hecho, Bolivia no lo explota a escala industrial, apenas llegan a unos cientos de toneladas de carbonato de litio.

La investigadora Martina Gamba sostiene que "en Argentina los recursos naturales están provincializados, no hay una política nacional y ni siquiera existe coordinación entre las provincias. La explotación está transnacionalizada, y como investigadores no tenemos acceso ni a ver las plantas, y mucho menos extraer muestras para hacer algún tipo de estudio. Solamente Jujuy ha creado una empresa estatal, tiene un ocho por ciento en uno de los proyectos que se llama ´Sales de Jujuy', que está radicado en el salar de Olaroz Cauchari, pero ni siquiera la provincia puede disponer de ese ocho por ciento de carbonato de litio que le correspondería. Estas empresas transnacionales obviamente tienen sus casas matrices en otros países, entonces la investigación que nosotros podemos estar haciendo realmente no tiene ningún tipo de transferencia a estas empresas".

Nuestro país cuenta con más de 150 investigadores que están trabajando en la temática, no sólo en materiales catódicos que es lo que hacemos en el INIFTA, sino también en electrolitos, en reciclado de pilas, en geoquímica de los salares.  Hay muchas investigaciones que más o menos coordinadas podrían, si es que hubiera voluntad, si es que hubiera empresas interesadas, transformarse en innovación o en una transferencia hacia el sector productivo, sostiene Gamba, una de las autoras del libro "El Litio en Sudamérica" de reciente aparición. (ver nota)

El caso boliviano

"Bolivia es un caso muy interesante -afirma Gamba- generó una empresa estatal que se llama Yacimientos de Litio de Bolivia que controla desde la extracción hasta la producción de baterías. En este momento a nivel industrial están exportando cloruro de potasio como fertilizante. Han arrancado por ahí para obtener carbonato de litio, por ahora a escala piloto y han logrado transformar ese carbonato de litio a material catódico, ensamblar celdas y además ensamblar baterías. Ellos están haciendo todo para luego, a escala industrial, asociados con una empresa alemana poder insertarse en el mercado europeo"

 

El futuro del Litio argentino

"Tenemos las condiciones en términos científicos-tecnológicos - sostiene Gamba- lo que nos falta es decisión política y también algún sector industrial que pueda estar interesado en la transferencia".

Por su parte el investigador del INIFTA, Arnaldo Visintin, menciona que "Argentina debe plantearse políticas de estado, que no sean solo extractivistas, sino que aporten valor agregado al Litio"

 

Actualizado el 10/10/2019
 
 
 
 
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