Los viernes por la tarde, el primer piso del edificio Abuelas de Plaza de Mayo cambia su fisonomía, los pasillos se llenan de mujeres que quieren estudiar y muchas vienen acompañadas de sus hijos  pequeños. La mayoría tiene asistencia casi perfecta en los nueve meses de cursada del taller de "Fortalecimiento de la producción de alimentos de la economía popular", que a su vez está inscripto en el programa Hacemos Futuro (ANSÉS).

La Cátedra Libre en Salud y Derechos Humanos cumple diez años, y los celebra llevando adelante el curso más numeroso y uno de los más ricos de todos estos años. La Profesora Ángela León Peláez recuerda que la Cátedra nació con el objetivo de generar un espacio de articulación entre las demandas de los grupos en territorio y los diferentes proyectos de extensión implementando módulos de formación teórico-práctico en alimentos, salud y medio ambiente, buscando generar alternativas en diferentes problemáticas, especialmente en la producción incorporada a la economía social. Durante estos años, a través de la realización de los módulos, se construyeron relaciones de intercambio y colaboración con diferentes instituciones y organizaciones de la ciudad, como la Agrupación María Claudia Falcone, la Asociación Civil El Refugio, Jardín de Infantes La Medalla Milagrosa, Centro de día Laura Vicuña, ONG Camino a la casita, Cooperativa Futuro Ensenadense, ONG ANDAMIANDO y otras más.

En este sentido, este año se propuso el curso de "Fortalecimiento de la producción de alimentos de la economía popular" que aborda temas como: manipulación higiénica, microbiología, transformación de productos lácteos y de  panificación, probióticos, entre otros y que resultó ser el más numeroso durante los diez años de la Cátedra, ya que cuenta con más de cien personas cursando regularmente.

Durante el transcurso del año han participado de las actividades en colaboración los programas PAEU y Salud Pública. Así, el Taller de Aguas, liderado por la docente Virginia Vetere, analizó la calidad del agua en el Barrio Las Palmeras por demanda de las alumnas del curso. El centro de Asesoramiento, Prevención y Testeo de Infecciones de Transmisión Sexual realizó un taller informativo y un testeo de sífilis y HIV a las estudiantes, bajo la dirección de la Bioquímica Rosana Toro y la Psicóloga Paulina Bidauri.

En los talleres de producción, se sumaron la Dra. Graciela de Antoni, referente en probióticos de kefir y la Ing. Agr. Gabriela Diosma, encargada de las experiencias agroindustriales del taller.

La masividad y tipo de estudiantes que asisten, en su mayoría mujeres de los sectores populares, exigió al equipo docente repensar la organización, desde los dispositivos pedagógicos hasta la logística de la aulas, laboratorios y el desdoblamiento de comisiones. "Son personas que no traen dinámica de estudio, que participan mucho, que preguntan mucho y que comprenden mucho, a pesar de que un gran porcentaje tiene dificultades con la lectoescritura", explica la Dra. León Peláez.

"Este curso ha sido un gran desafío para nosotros -agrega la docente- nos hemos replanteado cómo son los procesos de aprendizaje de las personas y hemos buscado asesoramiento en otros proyectos de la Facultad, como el de  "ABC y Ciencia en los Barrios"  o las experiencias del programa "Yo sí puedo" que se llevó adelante en Cuba".

"Y también nos ha dado mucha satisfacción, porque estas chicas han realizado un cambio desde marzo hasta hoy, se han apropiado de este espacio que hoy  es su lugar personal, y han elevado el conocimiento a nivel tecnológico y de comprensión de procesos diferentes", afirma orgullosa Ángela León Peláez.

Mujeres empoderadas

Karina y Paola vienen de San Carlos, Sarita de Villa Elvira y otra Karina es de Gonnet. Las cuatro pertenecen al programa social "Hacemos futuro", por el cual reciben una beca muy magra para estudiar. Explican qué es la contaminación cruzada, los cuidados que hay que tener al descongelar los alimentos y reconocen que el curso les ha ayudado mucho a cambiar su hábitos en la cocina y a pensar en alimentación mas saludable.

"Estamos emocionadas de venir a la Universidad y soñamos que nuestros hijos también puedan hacerlo" dice Sarita. "Estudiar nos ha cambiado la vida, venir a la Universidad nos levanta la autoestima", reconocen las cuatro casi a coro.

"Comenzamos en 2013 con el programa "Ellas hacen", que nos permitió estudiar, terminar el primario o el secundario y  trabajar a la vez, teníamos una cooperativa en la que hacíamos bloques, otras hacían plomería.  Ahora sólo nos permiten estudiar, y estamos en la Universidad. Estos programas nos hicieron  salir de lo más profundo, de lo subterráneo, reconoce Karina

El equipo de trabajo está formado por las ayudantes alumnas Nadia Micucci, Natalia Nieva, Cinthia Merino y Silvina Mylek; los Graduados Carolina Valiente, Matías Días y Raúl Amado Cattáneo. Este año se integraron además las alumnas de la Lic. en Ciencia y Tecnología de Alimentos Juliana Ripari, Débora D'amaro y Gabriela Roldán.