Este marco de exigencia de nuestra visión frente a pantallas ha traído principalmente desórdenes visuales y músculo-esqueléticos (posturales), como así también otros trastornos, como los psicosociales o mentales. Por eso, desde el Programa Salud Visual para todos que depende de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP, se viene trabajando en la prevención y recomendaciones para cuidar nuestra visión. Dicho programa menciona que "en la práctica clínica de optometría queda evidenciada la asociación que existe entre los síntomas visuales y el trabajo en visión próxima que denominamos Síndrome de Fatiga Ocular (S.F.O) , el cual está reconocido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dentro del grupo de enfermedades laborales que afectan la salud. Se define como un conjunto de síntomas que van desde las molestias oculares (prurito, ardor, sequedad, lagrimeo, alteración del parpadeo, dolor ocular, sensación ocular de cuerpo extraño), trastornos visuales (visión borrosa, visión fluctuante, visión doble) y síntomas extra oculares (cefalea, vértigo, molestias cervicales, náuseas).
Los estudios demuestran que las alteraciones visuales están asociadas al trabajo con dispositivos electrónicos y estiman que el 90% de los trabajadores que realizan estas actividades en visión próxima durante más de 3 horas al día, experimentan de alguna forma estos síntomas. De aquí que se haya generalizado el término síndrome visual del computador (SVC), síndrome visual informático (SVI) o síndrome de fatiga ocular (SFO) para designar al conjunto de síntomas y signos (tensión ocular, fatiga ocular, irritación, sensación de ardor, enrojecimiento, visión borrosa y visión doble) resultado de trabajar con dispositivos electrónicos de pantalla"
Algunas recomendaciones
Los equipos de trabajo de Salud Visual, coordinados por la optómetra Laura Brusi, hacen hincapié en prácticas de prevención y buen uso de nuestra visión para evitar el Síndrome de Fatiga Ocular
- Poseer su corrección óptica actualizada para evitar esfuerzos de enfoque innecesarios y use los filtros ópticos recomendados.
- Ser consciente de parpadear en forma regular y completa, pues estar fijando las pantallas reduce la frecuencia de parpadeo, torna el parpadeo incompleto y provoca síntomas de sequedad ocular (arenilla, picazón). Parpadeo normal 15 veces por minuto en forma completa (ambos párpados deben juntarse) Puede estimular la producción de lágrima cerrando los párpados apretadamente un par de veces y luego parpadeando rápidamente para distribuir la lágrima sobre la superficie ocular.
- Se recomienda pararse y caminar unos metros cada 90 minutos de trabajo ininterrumpido.
- Se debe incorporar la regla del 20-20-20: cada 20 minutos, apartar la vista de la pantalla por 20 segundos mirando a una distancia de 20 pies (6 metros), para permitir que los músculos extra oculares y la acomodación se relajen.
- Para relajar la musculatura ocular se recomienda a la mitad de la jornada de trabajo y al finalizar la misma, dibujar con la mirada 3 círculos grandes hacia la derecha y 3 hacia la izquierda y luego dirigir la mirada hacia las cuatro esquinas de nuestro campo visual.
- Para prevenir el ojo seco y ayudar a la lubricación de la superficie ocular se pueden utilizar lágrimas artificiales recomendadas por el profesional de la salud visual, en especial si se utilizan lentes de contacto.
- Es necesario pedir ayuda a un profesional de la salud visual para adoptar soluciones y minimizar los síntomas durante una larga jornada laboral, garantizando el máximo bienestar visual.
Ejercicio profesional con matrícula
El 5 de diciembre de 2022 el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, habilitó la matriculación profesional a graduados de la Licenciatura en Óptica Ocular y Optometría (ver nota)
Esta nueva realidad abrió campos de acción y reconoció el ejercicio profesional de egresados y egresadas de la carrera que se dicta en la Facultad de Ciencias Exactas. Este antes y después se expresa en el trabajo concreto diario como el del Optómetro Darío Panaroni quien desde marzo del año pasado está como optometrista en el hospital subzonal José Ingenieros de Melchor Romero. "Empecé a trabajar antes de tener matrícula. Anterior a esto ya tenían mi consultorio particular de optometría. En el hospital vengo militando la atención primaria de la salud visual desde hace muchos años, participando en el proyecto de extensión y, junto a otros compañeros, valoramos mucho la profesión". Si bien Darío menciona que sigue realizando las mismas tareas que antes; uno de los aspectos que cambiaría, a partir de su matriculación, es una mejora en el sueldo y la posibilidad de ejercer cargos de jerarquía dentro del sistema de salud. También, destaca el profesional de la salud, es lo relacionado con la aceptación de las fórmulas optométricas por la obras sociales; "si bien ya muchas las aceptaban, con el tema de tener matrícula deberían tomarla si o si, de esa manera nuestros pacientes tienen más mecanismos de reclamo para el reintegro de sus anteojos".
Muchos optómetras venían trabajando en la profesión, sin un reconocimiento profesional por parte del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires. Pero esa realidad laboral cambió radicalmente a partir de la implementación de la matrícula. "Trabajé siete años en un centro oftalmológico, comenta la Optómetra Micaela Gonzales, "comencé asistiendo a los médicos, con algunas tareas, pero sin ser reconocida como tal, ya que al no tener matrícula no tenía ningún respaldo legal. Con el tiempo fui cambiando de actividad, dentro de la misma clínica, realizando tareas muy distintas a la Optometría" Si bien se matriculó recientemente, no tuvo ningún cambio en su trabajo, pero sí pudo optar renunciar al mismo y volver a ejercer la profesión en el marco de la Universidad.
"Creo que ahora al tener una matrícula avalada por el Ministerio de Salud nos abre la posibilidad de poder expandirnos y trabajar sin el temor de no estar amparados, además de poder ser reconocidos en la sociedad y respetados como agentes de salud visual primaria. Quizás de esta manera podamos lograr un buen trabajo interdisciplinario con los oftalmólogos ayudando a la sociedad".
Este importante punto de inflexión que se abre, a partir del reconocimiento de la matrícula en la profesión, está relacionado a la incorporación de optómetras al sistema de salud primario, las clásicas salitas, lo que redundará en una mejor atención de la salud visual en los barrios.